El óxido de mercurio (II) es una sustancia tóxica que se puede absorber por inhalación en forma de aerosol, a través de la piel y por ingestión. La sustancia irrita los ojos, la piel y el tracto respiratorio y puede tener efectos perjudiciales sobre los riñones, que provoque una insuficiencia renal
La evaporación a 20 °C es despreciable. El HgO se descompone al exponerse a la luz o la calefacción por encima de 500 °C. La calefacción del compuesto produce humos muy tóxicos de mercurio y oxígeno, lo que aumenta el riesgo de incendio. El óxido de mercurio (II) reacciona violentamente con agentes reductores, o con cloro, peróxido de hidrógeno, magnesio (cuando se calienta),
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